Jugadores conectados

PRÓXIMO CAMPEONATO EN UCEDA, *Epecial Verano * día 26 y 27 de Julio 2019, con barbacoa el Domingo para los inscritos...

CALCULA CON ACME

Ya podéis calcular las jugadas que mas os interesen o las que llamen vuestra atención, sólo tenéis que insertar en las "celdas blancas" vuestra jugada y la del compañero, le dais a la opción de "guardar" y volvéis a poner otra diferente para comparar datos, seguro que algunos de los resultados os van a sorprender, aunque hayáis perdido con ellas algunos juegos....



















Academia Central de Mus de España
Las Leyes del Mus
ACME



Os dejo con un artículo de Acme, (ya sabéis como las gasta) para realizar corte con final de partida en situación de 39-39 y 38-39, seguro que os interesará sus hábiles deducciones con las matemáticas:


Veo que estáis todos bastante en sintonía con la matemática (si acaso un pelín conservadores), cosa que tampoco sorprende ya que aunque no os hayáis empollado ningún manual de probabilidades, la intuición que da jugar muchas partidas no suele ir en sentido contrario de lo que luego los cálculos pueden intentar evaluar (aunque a veces dan alguna sorpresa).


Voy a intentar “resumiros” lo que dice la matemática para este caso, aunque ya os aviso que será un poco denso (aunque nada comparado con el documento de 6 páginas que le hice tragarse al Profe ;)





“Se debe ser la mitad de exigente que el contrario”. Queda muy bonito pero merece alguna explicación:
Si lo cortamos ganaremos tantos casos como diga la ley (L) de nuestra jugada (a grande). Ya que la ley es precisamente el porcentaje de casos a los que gana una jugada.
Si damos mus, habrá mus en tantos casos como diga la exigencia E de los contrarios. Ya que esta exigencia es la ley mínima con la que cortarían y por tanto el porcentaje de casos que quedan por debajo si se dan mus. Y de los casos en que haya mus (E) se supone que ganaremos la mitad: E/2. ¿Alguien se cree más afortunado?
Por tanto será mejor cortar siempre que ganemos más casos cortando (L) que dando mus (E/2), o sea si L>E/2 (la mitad de la exigencia de contrarios).

Aunque nos creamos la demostración, la regla sigue quedando demasiado etérea como para aplicarla en una partida real, ya que no se suele saber ni la ley de las jugadas ni la exigencia de los contrarios. Aunque parezca mentira, aun así hay solución:
Para conocer la ley de una jugada tenéis una magnífica aplicación interactiva en el link www de esta nota o en la hoja ACME también disponible allí mismo. Para evitaros la molestia os puedo adelantar unos números aproximados de las leyes de las jugadas más típicas con que nos podemos encontrar en estas situaciones: RR por encima del 75%; RC sobre el 50%; RS sobre el 33% y R7 sobre el 25%. Los márgenes son bastante amplios alrededor de esos valores según las cartas que acompañen, pero como se trata de llegar a reglas prácticas son más que suficientes para empezar, y quien luego quiera precisar más ya sabe dónde buscar.

Para conocer la exigencia de los contrarios, como es algo subjetivo, no tenemos nada que lo calcule pero podemos hacer una categorización muy simple que veremos que será suficiente:
Para los que no tengamos ni idea de su exigencia supondremos el caso peor y así no arriesgamos nada: serán unos ultraconservadores que no lo cortarían nunca y su exigencia, el 100%.
Para la gran mayoría de contrarios se puede asegurar que lo cortarían con RR por lo que su exigencia como mucho sería del 75%.
Y afinando más, para contrarios a los que supongamos un mínimo nivel podemos asegurar que cortarán con RC, o sea exigencia del 50%. Dejamos exigencias mayores solo para casos de contrarios muy conocidos (al menos a este respecto).

Y si ahora intentamos aplicar la regla (L>E/2) a cada caso (siempre en 39-39) nos salen ya cosas muy simples y muy prácticas:
Contrarios desconocidos (cualquiera): cortar a partir de RC (50%, 100/2)
Contrarios normales: cortar a partir de RS algo acompañados (37%, 75/2)
Contrarios buenos: cortar a partir de R7 (25%, 50/2)
(con contrarios que sepáis que aplican esta regla, esto seguiría bajando y tendería a cero,…)
Como veis, el margen de jugadas es bastante estrecho y por tanto no merece mucho la pena afinar más al hallar la ley.
Ser mano o postre no influye, ni el marcador de juegos ni ninguna otra cosa.

El caso 39-38 (sólo siendo el de 39) es similar y aplica a grande y a chica, pero hay que retocar un poco la regla porque la probabilidad de ganar cuando hay mus ya no es el 50% sino que sube al 75% (3/4, os lo tendréis que creer).
Con ello queda la regla L>E*3/4 y los casos de antes:
Contrarios desconocidos (cualquiera): cortar a partir de RR o AA (75%, 100*3/4)
Contrarios normales/buenos: cortar a partir de RC ó A4 algo acompañados (56%, 75*3/4)
Aquí no conviene bajar mucho el listón porque la exigencia de contrarios puede subir mucho al tener que ganar 2 lances.

Que a ninguno se os pase por la cabeza la idea de que aplicando esta regla vais a ganar a partir de ahora muchos casos en que lleguéis con 39-39 ó 39-38, sino que, muy al contrario, perderéis bastantes con total seguridad (cerca de la mitad en el primer caso y cerca de la 4ª parte en el 2º). Lo que sí os puedo garantizar es que si no la aplicáis perderéis bastantes más.
Estamos en una situación donde la suerte es con mucho lo que más influye y contra eso hay poco que hacer (se pueden hacer muchos tipos de sortilegios, rezos y similares, pero lo que se dice efectivo, poco), y eso hay a quien le hace perder la motivación y optar por lo fácil que es dejarlo a la suerte y cortar sin verlas (39-39), y también hay a quien le estimula precisamente para intentar estrujar las escasas posibilidades que hay de desnivelar la balanza a nuestro lado, aunque sea ligeramente, aprovechando las debilidades que puedan tener los contrarios en estos casos para apuntárnoslas nosotros.
Los que flojeen un poco aquí con 39-39 ganarán en lugar del 50%, un 48, 46, …; los que corten sin verlas se quedarán en el 50%; y los que se esmeren un poco más podrán pasar del 50% al 52, 54,… ¿dónde quieres estar tú?

Bueno, perdonad por el tochazo.

Saludos de la Academia. ACME